Mercedes Gonzalez Cort es una especialista en Equitación Académica a nivel internacional. Formada en sus inicios por las más prestigiosas escuelas de equitación como la “Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre” y la “Escuela Española de Equitación de Viena” (Austria).
Sus amplios conocimientos la llevaron a publicar el libro “Monta Española, juegos y manejos” en el que recupera la terminología y las costumbres que en el pasado fomentaron el arte ecuestre.
Lleva más de 30 años formando a jinetes y caballos de todo el mundo y en la actualidad preside AEMA, la “Asociación Española de Monta a la Amazona”.
Parte de la formación que adquiriste en tus inicios fué en la “Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre”, tengo entendido que por aquel entonces no aceptaban la entrada de mujeres, ¿fuiste la primera? Cuéntanos cómo fue.
Cuando regresé a Jerez llegaba con una formación ecuestre después de haber estado cinco años montando en Talland School en Inglaterra dirigido por Molly Sivewright, una persona sobresaliente de la Doma y la enseñanza ecuestre en su país y autora de varios libros, aunque sólo uno de ellos “Equitación Razonada”, se ha publicado en castellano. Ya en España, tuve un profesor argentino que fue entrenador del equipo de doma y completo en su país, y también una profesora inglesa titulada por la British Horse Society, bajo su instrucción preparé algunos caballos con los que competí en concursos de Doma Clásica.
En esos momentos, la Escuela era propiedad de Álvaro Domecq; estaba ubicada en lo que era el mercado de ganado, enfrente del Depósito de Sementales en Jerez, en cuyas cuadras se alojaban los caballos y donde existía un picadero cubierto provisional para realizar las exhibiciones.
Empecé a montar allí a principio de 1974, con miras a los espectáculos previstos en octubre de ese año en Londres y Paris.
Fuí la primera mujer en la Escuela de Jerez, aunque en Europa, que una mujer se dedicara a los caballos era algo normal y yo venía de ese entorno, en España era infrecuente y en Andalucía todavía más inverosímil.
¿Cuánto tiempo estuviste en la “Escuela”?
Estuve seis años, de 1974 a 1980. Durante ese tiempo, domé varios caballos hasta nivel gran premio, también hice durante algunos años las riendas largas e igualmente enseñé caballos para aires altos, levada, corveta y cabriola.
Al principio, éramos muy pocos en la Escuela, así que también me ocupaba de organizar el cuidado y limpieza de caballos y arneses para que se hiciera diariamente de forma habitual porque entonces no había costumbre de pasar rasqueta, cepillo y bruza y limpiar los cascos todos los días, ni tampoco de limpiar los arneses después de cada uso.
Además me ocupaba de organizar y escribir el orden del día y los horarios para trabajar cada caballo. Aún tengo guardados esos documentos, pues los hacía por triplicado en mi máquina de escribir cada tarde, así como los dibujos de algunas coreografías. Uno de los cambios principales en la coreografía fue la del carrusel en el que sólo se galopaba a mano derecha, así que hice un nuevo diseño para que, como debe ser, todos los ejercicios se realizaran a ambas manos; es la misma coreografía que aún están utilizando en la actualidad.
Cuando ingresaste en la “Escuela Española de Equitación de Viena” ¿qué diferencias significativas encontraste entre las dos escuela en cuanto a equitación se refiere?
En 1980, la gran dificultad era ser admitida para entrar en la Escuela de Viena. Principalmente porque se tenian que dedicar de lleno a formar sus caballos y sus jinetes y no les interesaba dedicar tiempo a formar jinetes que luego se iban a marchar, sólo con una excepción, que la persona que quisiera entrar tuviera el nivel requerido y que fuera una persona influyese en su país difundiendo la equitación que promulgaba la Escuela Española de Equitación de Viena”. Me hicieron muy difícil la entrada e intentaron disuadirme. No obstante, yo ya había pasado varias semanas en los últimos años montando con Arthur Kottas, así que ya conocía el rigor del método.
Estuve en Viena dos años, en aquella época me llevé dos caballos míos allí, así que por la mañana montaba en la Escuela de Viena y por la tarde, montaba los míos en casa de quien fué el último alumno del Coronel Podjhasky.
La equitación es mucho más metódica en comparación con la nuestra, pero también tiene unos rasgos netamente españoles que aquí se han perdido, por algo será que se llama Escuela Española.
¿Cómo crees que influyó la creación de la “Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre” en la formación y evolución de la equitación en España?
En su momento, la Escuela de Jerez abrió los ojos a una faceta en la equitación que en Andalucía apenas se conocía. Los caballos eran más atléticos que la media de los caballos que se criaban entonces, la mayoría eran del hierro de Álvaro Domecq y los demás se seleccionaban por aptitud.
En esa época, la escuela contaba con jinetes excelentes y vocacionales, y algunos portugueses que se vieron forzados a dejar su país a raíz de la revolución de los claveles, entre los que destacan Guilherme Borba fundador y director de la Escuela Portuguesa y Filipe Graciosa que fue también director maestro de la Escuela durante muchos años, ellos aportaron unos conocimientos en equitación racional, y por supuesto, a Álvaro Domecq que propició todo el marco para hacerlo posible.
¿Cómo ves la equitación en España en la actualidad?
Muy comercial, pero muy pobre. Se practica mucho como deporte y ocio, pero a nivel de conocimientos de equitación, incluso en conocimientos básicos, está en estado de carencia extrema.
No hay voluntad ni hábito de aprender realmente, porque es un proceso largo y costoso. Hay demasiados jinetes y profesores que se han auto-proclamado expertos que tienen un desconocimiento asombroso. También es cierto que los programas de formación fallan en sus contenidos, sólo se trata de las nociones elementales y se eluden los conceptos avanzados porque estos presentan problemas de compresión y se necesita más tiempo para saber ponerlos en práctica correctamente, así que se eliminan los conceptos complicados y se evitan esos problemas, resultando que todos los alumnos tienen éxito dentro de su ámbito de conocimientos reducidos, les dan un certificado y ya creen saberlo todo.
Ya no se estudian los efectos de riendas, ni las resistencias, ni los métodos de puesta en mano, ni tantos conceptos imprescindibles para entender la equitación.
No hay más que ir a cualquier concurso de cualquiera de las disciplinas para ver cómo van los caballos, mientras que el jinete que va encima no se entera de lo que está sucediendo debajo, ni sabe detectar el cúmulo de problemas que él mismo está creando. El deporte del caballo se percibe como montar en bicicleta, se practica sólo para satisfacción propia y se olvida que el atleta real es el caballo.
El negocio va bien, pero la equitación va en retroceso.
Vas a dar formaciones a Australia, Inglaterra ….. ¿el conocimiento sobre equitación es el mismo en los países que visitas o hay alguno que esté técnicamente más avanzado?
En todos los países, hay bueno, regular y malo, porque como ya he dicho el éxito del negocio no es sinónimo de mejor equitación.
Como afición nos ganan por amplísimo margen los ingleses, por algo son los maestros del deporte. Técnicamente, la delantera la llevan los australianos, al igual que sucede en los países en los que la industria del purasangre es muy fuerte, a pesar de que el mundo de las carreras es algo completamente diferente del resto del ámbito hípico.
En Australia se han desarrollado diversos institutos de investigación y bienestar equino en todas la áreas de la medicina, genética, cirugía, ciencia, entrenamiento y preparación, es un país con gran desarrollo en la industria del caballo en todos los ámbitos, allí se pueden encontrar caballos de todas las razas y cruces imaginables. No en vano, la fiesta nacional es el día de la Melbourne Cup, la carrera más importante del año.
En Marruecos, más cerca de nosotros, donde su actividad en carreras es mayor que en España, también han desarrollado la Sociedad Real para la Promoción del Caballo, que gestiona toda la industria del caballo y permite que los fondos se repartan para fomentar todas las disciplinas ecuestres por igual.
En España ya no hay apoyo institucional de ningún tipo para el caballo y en general no existe cultura ni interés para darle un enfoque que incentive su desarrollo y su enseñanza.
Generalmente, cuando alguien quiere aprender a montar a caballo, se le monta encima y se le enseña a dirigirlo, sin enseñarle previamente cómo es, cómo hay que relacionarse con él y que cosas hay que tener en cuenta. ¿Esta es una costumbre generalizada o hay algún país que priorice el conocimiento del comportamiento del caballo antes de enseñar a montar?
En la actualidad, se ha menguado la equitación al mero hecho de ir encima del caballo y no caerse, y con eso muchos creen que son jinetes.
Es una práctica errónea propiciada por la propia persona que viene a aprender o padre del niño que quiere resultados rápidos y “no perder el tiempo con esas cosas innecesarias”, que cree que son una pérdida de tiempo, e igualmente por el profesor de turno que quiere conservar su cliente, le complacerá y se “ahorrará” toda esa parte del aprendizaje, y de esa manera, se fomenta esa equitación reducida a ir subido en el caballo y no percibir nada.
La equitación completa conlleva el conocimiento del caballo. Más importante aún, para ser un buen jinete es esencial conocer el comportamiento del caballo, sus reacciones, lo que las provoca, saber sentir y ver cuando hay tensión y cuando relajación, el momento en que está receptivo y cuando está en resistencia. Comunicarse con el caballo no es tocarlo o realizar una acción en un determinado lugar de su cuerpo, mucho más importante es saber el momento favorable para hacerlo.
Entender y percibir el caballo requiere técnica, estudio y sensibilidad.
Actualmente eres la presidenta de la Asociación Española de Monta a la Amazona (AEMA) ¿cual es el objetivo de esta asociación?
AEMA pretende fomentar la monta a la amazona en todos los aspectos y disciplinas ecuestres, siempre respetando las reglas establecidas, difundiendo la enseñanza y aplicación, la técnica correcta y el respeto al caballo. En estos años, hemos realizado una labor en la promoción de actividades de monta a la amazona y tenemos la suerte de contar con socias que ayudan a impulsar esta disciplina con su ejemplo.
Contamos con el respaldo de la Asociación Mundial que cuenta muchos años de experiencia en organización, desarrollo y enseñanza de la monta a la amazona.
Por desgracia y al igual que en otras disciplinas, muchas personas se auto enseñan y prueban hacerlo sin ningún tipo de dirección o bajo la dirección equivocada y esto es una temeridad y un camino hacia el fracaso. Ahora están proliferando personas que no han montado nunca a la amazona o auto proclamadas expertas que están dando clases, creen que ir a la amazona es lo mismo pero con falda y se inventan lo que no saben. Es una pena, porque algunas que caen en sus manos podrían llegar a ser buenas amazonas si pudieran recibir la enseñanza adecuada. Por otro lado, también existen las que no les interesa aprender a montar a la amazona pero quieren montar con falda porque les parece atractivo, aunque en cuanto a la forma de vestir tampoco respetan las reglas, sino que hacen una interpretación propia, que por lo general tiene poco que ver con la corrección o la seguridad.
Montar a la amazona consta de una técnica que no se descubre de forma autodidacta y es preciso que alguien te instruya para conocerla verdaderamente.
Practicar la monta a la amazona tiene una dificultad añadida, no sólo por la complicación de acertar con la silla y su acoplamiento al caballo, sino también porque la amazona, por buena que sea a horcajadas, tiene que iniciar un nuevo proceso de aprendizaje e igualmente el caballo necesita aprender ayudas diferentes que se aplican en lugares distintos.
Desde nuestra asociación, animamos a quienes quieran iniciarse en la disciplina de la monta a la amazona, que se acerquen y pregunten antes de cometer los errores habituales en los que cae todo el mundo.
¿Disponéis de un reglamento para poder organizar concursos de monta a la amazona?
Nuestro reglamento es el de “The Side Saddle Association®” la entidad mundial que rige la Monta a la Amazona en la que nuestra Asociación está reconocida. Este reglamento es internacional y en nuestro caso, reconoce los estilos de tradición española, chambergo, goyesca y vaquera, en equitación, arneses y atuendo. Igualmente hay una lista de jueces oficiales para juzgar dichos concursos.
Yo soy juez oficial de monta a la amazona, el proceso es bastante más largo que en otros deportes hípicos, primero porque hay que demostrar haber montado bien a la amazona y hay que pasar los exámenes de equitación a la amazona.
A diferencia de los concursos al uso en los que se califica la ejecución del caballo, en la monta a la amazona y dependiendo de la prueba, se valora al caballo y a la amazona, o sólo a ésta, porque la dificultad está en montar a la amazona correctamente.
En España ya hemos organizado varios concursos de monta a la amazona con este reglamento, el último fue en octubre de 2017. Nos han juzgado juezas internacionales que además de ser muy amables vienen con un espíritu constructivo y son muy generosas aconsejando para que las amazonas mejoren en su forma de montar.
Ahora en la AEMA estamos abordando la posibilidad de realizar los exámenes de monta a la amazona aquí en España, que consisten en 4 grados de diferente nivel, para fomentar el aprendizaje correcto y también para quienes en un futuro quieran ser instructoras o juezas con reconocimiento internacional.