«Muéstrame el cuello de tu caballo y te diré si te sientas correctamente en la montura». Suena increíble, pero hay algo de verdad en esta afirmación, porque si un jinete bloquea el movimiento de su caballo a través de su asiento, de sus manos o por una monta incorrecta, tal vez no ocurra nada los primeros días, pero tras unos meses repitiendo los mismos errores, los músculos no funcionarán correctamente y se acaba dejando huellas.
Todo aquel que quiere ponerse en forma en el gimnasio sabe que conseguir resultados no es tan sencillo, requiere entrenar con la postura correcta y los movimientos correctos si se quiere tener un efecto positivo en el cuerpo. De la misma manera, los patrones de movimiento erróneos pueden conducir permanentemente a bloqueos, tensión muscular o tergiversaciones en el lugar equivocado, lo que provoca entre otras patologías, daño postural, y en la equitación, sucede lo mismo.
Pero, ¿qué partes musculares son signos claros de un buen o mal entrenamiento? Después de todo, el caballo tiene más de 250 músculos que a veces se pueden ver más, a veces menos o incluso nada a simple vista. Pero solo unos pocos son los adecuados para hacer una evaluación del entrenamiento, así que lo mejor es reconocer las características más importantes de el cuerpo de un caballo entrenado adecuadamente.
Sin excusas
Por supuesto, el entrenamiento depende en cierta medida del tipo de caballo que entrenemos, «Algunos caballos tienen el cuello corto y fuerte, otros largo, otros fino», explica la osteópata equina Beatrix Schulte Wien, que dirige el Instituto Alemán de Osteoterapia Equina en Dülmen. «En cierto modo, hay que tener esto en cuenta a la hora de entrenar, pero en principio, el objetivo es el mismo para todos: el caballo debe usar el cuello, abrir la garganta y buscar una contacto fino y constante de la mano del jinete».
«Sin embargo, en principio, los músculos deben poder trabajar en libertad», dice Schulte Wien, «hay que tener en cuenta que aunque es posible cambiar el entrenamiento, no lo lograremos si el caballo tiene bloqueos en las articulaciones o las tensiones en los músculos continúan produciendo restricción». En ocasiones, son solo problemas de salud los que pueden evitar que los músculos se desarrollen correctamente. Por lo tanto, en caso de duda, siempre pregunta a el veterinario. Igualmente importante es el que el equipo sea adecuado. Porque incluso una silla de montar demasiado atrasada evita que el caballo arquee el cuello correctamente.
Las pistas sobre si todo funciona correctamente nos las pueden dar, básicamente dos zonas del cuello: la línea superior del cuello o cresta y la musculatura de la zona inferior del cuello o bajo-cuello. Por ejemplo: un caballo con el bajo-cuello excesivamente desarrollado es claramente el resultado de una colocación defectuosa.
Punto fuerte: la línea superior del cuello
El músculo de la base del cuello es directamente responsable de la soltura y ligereza de las manos. Si el cuello del caballo está demasiado corto y tenso, siempre trabajará contra la resistencia de la mano del jinete y se sobrecargará rápidamente. «Si está bien entrenado, el músculo del cuello (ver foto) sobresale a ambos lados cuando el caballo estira su cuello hacia adelante», explica Beatrix Schulte Wien. A la vez la línea superior del cuello debe verse bellamente curvada, aunque cuya expresión dependerá del caballo. «Dependiendo tanto de la raza como de la conformación. «Algunos caballos con un cuello largo y recto tienen menos línea superior que los caballos con un cuello más corto y grueso», explica la osteópata equina.
Hay que tener en cuenta que algunos caballos tienen una capa de grasa en la línea superior del cuello y puede dar la impresión de un cuello bien entrenado. Por eso es aún más importante mirar de cerca. «Muchos jinetes creen erróneamente que la columna cervical se ubica solo en la mitad superior del cuello», dice Schulte Wien, «pero la realidad es que se extiende desde la nuca en forma de arco hasta los omóplatos».
Un bajo-cuello demasiado desarrollado
«Si el jinete bloquea a su caballo con excesiva fuerza en las manos, o con un asiento irregular, el caballo intentará equilibrarse tensando los músculos de la parte inferior del cuello», explica Beatrix Schulte Wien. Al hacerlo, el caballo se puede ver cabeceando o estirando de la mano, agobiado por una mano del jinete demasiado dura, o se puede quedar detrás de la mano de un jinete suave y no estirará el cuello hacia adelante. Ambos están acompañados por unos músculos retenidos hacia atrás. «El caballo no impulsa, ni se gira flexionando su dorso, únicamente mueve sus patas para avanzar», dijo Schulte Wien. «Eso es fatal para los tendones y las articulaciones».
Revisión: La Prueba Griffin
La musculatura del cuello de un caballo bien entrenado debe estar relajada, y al presionar en su base, este se estirará automáticamente hacia adelante. Si de lo contrario el músculo se tensa y endurece y el caballo se incomoda al presionarle, entonces, es que hay un problema en el entrenamiento y/o en su salud que debe ser solucionado. «Hay que tener en cuenta que los músculos solo cambiarán, a través de un trabajo correcto y constante, al cabo de unos meses. Ese problema no se desarrolló de la noche a la mañana «, dice Beatrix Schulte Wien.
Fuente: https://www.reiterrevue.de/
Fotos: Sarah Schnieder