La impulsión es la fuerza que desarrolla el caballo en el movimiento hacia delante, es decir, la calidad de energía muscular que genera cada una de las fases de acción. Básica e imprescindible para un buen trabajo en equitación, la impulsión no tiene que ver con la velocidad o la excitación del caballo, ya que depende de la propia morfología del animal. A pesar de ser un factor innato, esta habilidad también se puede adquirir con ejercicios de gimnasia y educación mediante las ayudas del jinete.
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Laura Ventura
Licenciada en periodismo
Master en RRPP y gabinetes de comunicación UAB
Redactora especializada en comunicación ecuestre.