Así nos lo explican en este artículo de la experta en ciencia del deporte y entrenadora de doma Annet Veen.
En él nos habla de que lo peor que podemos hacer para el entrenamiento o recuperación de un caballo es mantenerlo inmovilizado (por ejemplo en una cuadra), aislado, someterlo a estrés mental, a sobreentrenamiento o montarlo con sillas mal ajustadas.
Es esencial la integración de terapias físicas y ejercicios adecuados. Un asesoramiento veterinario adecuado puede ayudar a mejorar y rehabilitar daños posturales, osteoartritis, desórdenes neurológicos, dolor espinal y de espalda entre otros.
Por otro lado, mejorar la flexibilidad espinal, con estiramientos de los músculos espinales, mejorar el control motor, el equilibrio, la propiocepción y la integración progresiva de todos estos factores de forma específica, son prácticas beneficiosas.
Algunos ejemplos de ejercicios terapéuticos serían una movilización dinámica y ejercicios de estabilización (ver vídeo a continuación), ejercicios con cavalettis, ejercicios al paso, ejercicios con obstáculos, figuras (por ejemplo en ocho), ejercicios controlados en diferentes superficies (por ejemplo montículos y cuestas), transiciones y ejercicios acuáticos. Finalmente, el uso del theraband elástico y cintas kinéticas pueden incrementar la eficacia con la estimulación muscular y la integración sensorial.
Finalmente, es recomendable para todos los atletas un entrenamiento con estrategias de movimientos variados y capacidades psicológicas. Es más, los ejercicios pie a tierra o herramientas de soporte para variar el entrenamiento son útiles para optimizar la condición física.
Fuente: https://science-equine.com